En los últimos meses, dos grandes del sector también dieron algunas sorpresas. China Fishery Group compró Pesquera Alejandría por US$95 millones, y los Brescia, a través de Tecnológica de Alimentos (TASA), pagaron US$50 millones por cinco embarcaciones.
Otro factor que aceleró la segunda ola de compras es la sed de crecimiento que tienen algunas familias, en especial las que hasta hace un año atrás ocupaban los últimos lugares en el ránking de los ocho grupos pesqueros más importantes del país. Total, recursos para seguir creciendo tenían, pues el precio de la harina de pescado pasó de cotizarse en US$900 la tonelada en el 2008 a rozar los US$1.950 a inicios del 2010.
¿Y ahora qué puede esperarse? Gerardo Gonzales, presidente de la Asociación de Armadores Pesqueros del Perú, señala que aún habrá armadores independientes (pequeños y medianos ) que continuarán vendiendo su cuota porque temen que si no lo hacen ahora, la bonanza (generada por los altos precios de la materia prima) que hoy los acompaña se acabe en el corto plazo. Sin embargo, añade que habrá otro grupo –que él encabeza– que se mantendrá en el negocio, pues sabe que los industriales seguirán comprando, pues necesitan producir más harina para aprovechar los altos precios del mercado internacional.
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