viernes, 5 de noviembre de 2010

RUTA POTENCIAL semana 11



Si bien reconoce que la carretera es en sí misma un paso importante, Mateo Salinas, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Madre de Dios, considera que los empresarios están solos, no tienen ningún incentivo y tampoco cuentan con las condiciones mínimas para invertir en industria y aprovechar la nueva infraestructura vial. “Sin electricidad ni agua, ¿quién puede hacer empresa?”, se pregunta.

Ahora que la culminación de la IIRSA Sur es un hecho, las comparaciones resultan inevitables y nos dejan mal parados. Para comenzar, en el lado brasileño se aplica desde hace décadas una política de fronteras vivas que beneficia con educación, salud y subvenciones económicas a la población asentada en Assis. Nada de eso existe en Iñapari, nuestro lado de la frontera.
La situación no mejora si comparamos Puerto Maldonado y Río Branco, pues mientras la principal ciudad acreana cuenta con la infraestructura y sofisticación de una capital de estado; su par peruano todavía se debate entre calles polvorientas y cortes intempestivos de servicios básicos como el agua y la electricidad.
El turismo es uno de los sectores que más se puede beneficiar de la IIRSA Sur. Sin embargo, la explosión de la minería informal en Madre de Dios y Puno está poniendo en riesgo el desarrollo de esa industria.
Además de destruir 150.000 hectáreas de selva, la minería informal ha generado un grave problema de seguridad en las regiones mencionadas, al punto de que no es raro ver gente que porta armas circulando por la carretera. A ello se suma el explosivo crecimiento de la trata de personas. Así las cosas, podemos caer en la paradoja de haber invertido en una vía que facilite la comisión de delitos, antes que el desarrollo del país.

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