Una de las grandes compañías que optó por empacar y mudar el corazón de su negocio a uno de los nuevos desarrollos fue Nextel. En mayo de este año, comenzó su migración desde sus oficinas en Rivera Navarrete hacia el flamante Plaza República, ubicado a la espalda del hipermercado Metro de Canaval y Moreyra, en San Isidro.
Para trasladar a los 700 empleados de sus principales gerencias, alquiló los últimos siete de los 19 pisos del complejo, cada uno con un área de 1.480 m2 y a un precio de alquiler de US$11,70 por cada metro cuadrado. Pese a que la cifra está por debajo del promedio del mercado, la nueva locación le cuesta la friolera de US$121 mil mensuales.
La concentración de servicios es lo que ha hecho de San Isidro la ama y señora de los desarrollos de oficinas corporativas prime. De los 40 edificios que constituyen la oferta de espacios de esta categoría (A+ y A), 25 están situados en el distrito financiero por antonomasia. San Isidro también alberga cuatro de los siete edificios que entrarán al mercado el próximo año.
Aún hay obreros trabajando en el edificio Miracorp –que alberga al lujosísimo hotel Hilton–, en la esquina de 28 de Julio y La Paz, pero el 90% de sus oficinas ya están tomadas y solo queda el primer piso libre. El éxito del proyecto del fondo de inversión Compass es solo un ejemplo de la voracidad con la que las empresas han absorbido –o, en cristiano, ocupado– el 75,9% de los 386.641 m2 de oficinas corporativas disponibles en el mercado, entregados y en construcción.
